Energía Paterna
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Nosotros amamos la energía paterna cuando ha sido provisto desde la mirada de mamá.

La madre es la que abre el campo; admirar a Papá, aceptar la vida que proviene también de él, toda esa información nos ha sido dada desde la mirada de mamá.

Mamá es la que nos da el permiso para ir al padre. Si ella no da el permiso para acceder, el hijo no tendrá fuerza. La fuerza del padre es la fuerza del éxito, con ella el hijo reconoce su lugar en la vida y tiene fuerza para tomarla. Sin acceso a la fuerza del padre, el hijo secretamente guarda resentimiento hacia su madre. 

Secretamente, también ejercen venganza hacia la madre, buscando muchas veces la muerte como un reto; pidiendo permiso y forzando a la madre a ceder el acceso al padre, por medio de alguna adicción o arriesgando su vida en actos suicidas, como deportes de alto riesgo.

Eventualmente con la adultez, el hijo puede acceder por sí mismo a la fuerza de su padre; muchas veces es en la adultez cuando logramos sanar e incorporar el equilibrio entre madre y padre. Ser adulto es tomar a los padres tal como fueron, con todo lo que recibimos de ellos, sin querer cambiar nada, sin exigencias ni reproches, tal como fue, es perfecto.

MADRE NOS UNE A LA VIDA Y EL PADRE A LA REALIDAD LA CONTUNDENCIA DE LO QUE HAY
El reproche estanca, es un ancla invisible y pesada, nos mantiene en el pasado. Desde el estado niño no hay cambio, y hay una culpa secreta de no haber podido hacer nada diferente ni por ellos ni por mí; renunciar a esa culpa y a ese deseo de cambio, liberará esa fuerza que nos lanza a la vida presente.

En el presente esta la fuerza para la misión de vida. Solo en el adulto y solo en el presente.
Bert Hellinger