“Acojo en mi corazón a todos los excluidos”

Todo lo que lamento, lo estoy excluyendo.

Todo lo que acuso, lo estoy excluyendo.
A cada persona que despierta mi enojo, la estoy excluyendo.
Cada situación en la que me siento culpable, la estoy excluyendo.
Y yo estoy cada vez más empobrecido.
El camino inverso sería, todo lo que lamento, lo miro y digo:
-Sí, así fue y lo incorporo en mi con todo el desafío que me representa. Haré algo contigo. Ahora te tomo como una fuente de fuerza, sea como fuere el movimiento básico es siempre el mismo: en lugar de excluir, incorporar.
BERT HELLINGER

“Acojo en mi corazón a todos los excluidos”

Precisamente sobre este tema “perpetradores y víctimas”, el clamor contra su obra es muy grande. La gente lo critica, diciendo que su corazón late más por los perpetradores que por las víctimas.
Es verdad.
¿Hablas en serio?
Sí, lo digo en serio, porque ellos son, en la mayoría de los casos, los excluidos. Cuando tengo que hacer algo por el sistema, primero debo acoger en mi corazón a los más excluidos. Cada vez que una persona habla de un perpetrador en su familia y dice: “Él destruyó tantas cosas…”, inmediatamente le doy un lugar en mi corazón. Los separados se unen inmediatamente en mi alma y, precisamente por eso, porque incluyo a los difamados antes de comenzar el trabajo, la constelación puede tener éxito. De lo contrario no podría trabajar. Esto también es cierto cuando los padres son rechazados. No hay necesidad de buscar asesinos, todos los rechazados inmediatamente tienen un lugar en mi corazón. Con eso, me pongo sistemáticamente en una posición en la que realmente puedo ayudar a todos.
En la moral convencional, es políticamente correcto sentir simpatía y compasión por las víctimas, los débiles y los oprimidos, pero lo que te importa no es el nivel político, sino el alma. Esto a menudo se confunde o se malinterpreta intencionalmente.
El grito es grande. ¿Quién grita? – El que niega en sí mismo a los perpetradores, grita éste. Lo extraño es que, cuando la gente grita, se convierte en perpetrador y no se da cuenta en absoluto.

UN LUGAR PARA LOS EXCLUIDOS
Bert Hellinger