Nuestro guía lleva toda la vida comunicándose con nosotros a través de las sensaciones corporales, sincronías disfrazadas de casualidades…sensaciones de plenitud, fuerza o malestar. Guía nuestra vida de forma clara hacia nuestro propósito. Solo que muchos de nosotros hemos dejado de escuchar esa conexión y hemos dejado de escuchar sus mensajes. Mensajes que siempre nos van indicando nuestro camino y nos avisan cuando nos salimos de él y estamos actuando en contra de nosotros mismo, creando malestar.

En kinesiología se utiliza la respuesta muscular inteligente para mantener esa comunicación con esa inteligencia que dirige nuestra biología.

Hoy sabemos gracias a los últimos descubrimientos en el campo de la genética de onda que nuestras moléculas de ADN son antenas orientadas espacialmente y están emitiendo y recibiendo información cósmica dirigida. En este nivel, el concepto del tiempo desaparece, la información llega a ser conocida a la vez. Todos los procesos metabólicos complejos en los cientos de miles de millones de nuestras células suceden porque las células saben la una de la otra a la vez, de forma instantánea, gracias a la información aportada por los fotones, fotones que están entrelazados y este concepto de “entrelazamiento” es la clave para explicar esta comunicación instantánea en nuestro cuerpo.

Para que las células y nuestro cuerpo funcionen normalmente, los núcleos de las células funcionan como bio-computadoras

Se ha comprobado que nuestra “antena” biológica tiene dos movimiento: hacía más vida o hacia el pasado. Hacia el campo de nuevas posibilidades o hacia el campo de probabilidades ligadas a la repetición del pasado.

Y nuestro guía es el que nos orienta siempre hacia lo nuevo, hacia más vida para dejar de repetir el pasado.

Autor:

Brigitte Champetier de Ribes