Meditación: Nuestra madre
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Cerremos los ojos. Nos entregamos al movimiento hacia nuestra madre tal como es. El regalo más grande, nuestra vida, lo obtenemos a través de esa madre, sólo a través de ella. A través de ella Dios nos creó.

Lo voy a decir con toda claridad. No hay ser humano que sea creado directamente por Dios, cada uno lo es sólo a través de su madre y de su padre.

Lo creativo, esa fuerza creadora, se manifiesta de forma muy concreta. No es necesario que la busquemos en otro lugar. Está directamente delante de nosotros. Somos recibidos por esa fuerza con brazos maternales. Así soltamos para ese amor, para ese regalo.
Es una gran felicidad encontrar el camino a la madre. ¿Qué se hace con esa felicidad? La disfrutamos – inmediatamente.

Bert Hellinger


Querida mamá:
Tu eres una mujer común, igual que millones de otras mujeres.
Te amo como a una mujer común.

Solamente por ser una mujer común, has amado a mi padre y también el es totalmente común. Así es como se juntaron, como hombre y mujer. Se amaron como hombre y mujer, acto totalmente común. Soy fruto de su amor, un amor totalmente común.
Luego me estuvieron esperando con esperanza, y también con temor, pensando en que todo resultara bien. Entonces me diste a luz con dolores, así como otras mujeres dan a luz a sus hijos. Entonces, estaba ahí. Ustedes me miraron y se sorprendieron. ¿Es esta nuestra criatura?, pensaron. Se miraron a los ojos, y dijeron, “Sí, esta es nuestra criatura, y nosotros somos sus padres”.
Me dieron un nombre, con el cual soy llamado. Y entonces, me cuidaron a lo largo de muchos años. Se preocuparon de mi bienestar y de lo que quizá necesitaría. Así estuvieron presentes para mí, como millones de padres estuvieron presentes para sus hijos.
Por haber sido tan comunes, también cometieron errores y hubo cosas que me dolieron. Pero sólo porque han cometido faltas, yo pude crecer. Les agradezco que fueran tan comunes. Así los amo, exactamente como fueron. Así fueron buenos para mi.

Querida mamá, aún tengo algo importante que decir: te libero de todas mis expectativas, sobre todo de aquellas que van más allá de lo que se pueda exigir a una mujer común. Nadie ha hecho más por mí que tú. Es mucho más de lo que fue necesario.
Así te amo, totalmente común, como eres, querida mamá.

Bert Hellinger