EMPATIA SISTÉMICA
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UNA PARTICIPANTE
Soy educadora social y trabajo en una residencia tutelada para chicas del ámbito islámico de entre 14 y 21 años. Hace unos meses viví un conflicto grave allí. No lo presencié, pero me tocó tratar las secuelas.

Dos hermanas turcas agredieron verbalmente y apalearon a una marroquí.
Mi compañera tuvo que separarlas por la fuerza, con la ayuda de otros vecinos.
HELLINGER cuando la participante intenta seguir hablando no, no.
La pregunta es:
¿Qué hay que hacer?
-Hay que devolver a las hermanas turcas a Turquía.
PARTICIPANTE Tuvieron que abandonar inmediatamente la residencia.
HELLINGER No sólo eso. Deben volver a Turquía. Al ver que la cliente duda ¿Te das cuenta de la diferencia?
PARTICIPANTE Naturalmente es una diferencia.
HELLINGER Exacto. Entonces asumen las consecuencias enteramente.
PARTICIPANTE Sí.
HELLINGER Sin eso no hay solución posible. -¿De acuerdo?
PARTICIPANTE Mi pregunta en el fondo era otra.
HELLINGER al grupo fue demasiado para ella. Ahora se añade el suavizante.
A la participante Aquí lo dejo.
Al grupo ¿A ella le ayudó? -No, pero si al menos fue de ayuda para algunos de vosotros, el trabajo no fue en vano.
Hellinger mira a la participante largamente.
HELLINGER al grupo, el caso de los educadores sociales y las personas que trabajan en profesiones sociales es que se hallan expuestos a un riesgo profesional especial. ¿Cuál es el riesgo? Están entrenados en una forma especial de empatía. En su origen, la empatía se orienta en el modelo de padres e hijos. Lo que significa empatía lo vemos en una madre y un padre en relación a su hijo. Eso es empatía. Y lo mismo se espera en psicoterapia, que el terapeuta muestre la misma empatía que un padre o una madre para su hijo. Así tenemos de nuevo la transferencia y contratransferencia. Esta empatía paraliza el actuar.
Existe también otro tipo de empatía: la empatía sistémica. Como ayudador no me fijo sólo en el cliente cuando dice algo o me pide empatía. Miro a su familia. Entonces me doy cuenta de quién necesita realmente mi empatía. Muchas veces, el cliente es el que menos la necesita.
Todo lo contrario: muchas veces tengo que confrontarlo para que él mismo muestre empatía para otros en lugar de esperarla de mi parte.
Si estas hermanas se envían a Turquía ¿a quién le ayuda? A todos los demás en la institución. Las usuarias tendrán mas cuidado, porque saben que determinados actos tienen amplias consecuencias. De esta forma se crea un orden en el que pueden sentirse seguras.
A la participante en Alemania, estas hermanas no necesitan cambiar. En Turquía sí. Por tanto, la empatía con ellas exige que se le devuelva a su país.
Tomado del libro  – Ordenes del Amor – Bert Hellinger