LA CULPA Y EL ABORTO
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HELLINGER: ¿De qué trata lo tuyo?
MUJER: quiero tener pareja.
HELLINGER: es decir, que quieres encontrar la felicidad.
SOPHIE: mira cuantos hay aquí que también buscan la felicidad.
HELLINGER: ¿tuviste ya una relación estable?
MUJER: sí.
HELLINGER: ¿tuviste hijos?
MUJER: sí, mi tercera hija tiene 16 años.
HELLINGER: entonces ya experimentaste mucha felicidad… ¿y por qué ahora estás sola?
MUJER: no lo sé.
HELLINGER: ¿estás separada?
MUJER: sí.
HELLINGER: ¿y por qué?
MUJER: bueno, se acabó.
HELLINGER: en el caso de quién?
MUJER: él se volvió a casar con una persona que encontró y…
HELLINGER: ¿sigues enojada con él por ello?
MUJER: un poco.
HELLINGER: entonces no encontrarás otra pareja.
SOPHIE: ¿cuántos hijos habríais tenido?
MUJER: tuve mi hija con él
SOPHIE: ¿cuántos hijos tienes?
MUJER: ella es mi única hija viva.
SOPHIE: ¿y cuántos hijos hubieras tenido?
MUJER: pues en total hubiera tenido tres.
SOPHIE: ¿y qué ocurrió con los otros dos?
MUJER: los dos primeros fueron abortos provocados por mí.
HELLINGER: en el caso de un aborto, junto con el hijo también se aborta al marido, a la pareja. ¿Lo podéis percibir? Entonces, un aborto tiene un efecto muy profundo en la relación de pareja también en las relaciones de pareja futuras.
SOPHIE: y todavía no te has ocupado de esos dos hijos con todo el amor y toda la atención en tu corazón.
MUJER: (afirmando con la cabeza y poniéndose la mano en el pecho) “los tengo en mi corazón”
SOPHIE: si fuese así, yo no hubiera recibido una información de ellos… Y están suspendidos en tu campo energético. Y eso, a cualquier hombre nuevo le da miedo porque todo aborto es un asesinato. En el alma se percibe como asesinato. Y los efectos son los mismos que los que se dan en un caso de asesinato verdadero.

Y en el caso de un aborto, se da un bloqueo en la parte abdominal baja de la mujer y eso también lo sienten los hombres. Y entonces, a pesar de ser una hermosa mujer, no resultas atractiva. Porque la relación entre hombre y mujer está orientada a tener hijos, no importa si sigue siendo posible o si ya no es posible. Aún tú no te has reconciliado con aquello que ocurrió en tu útero. El shock aún está ahí.
HELLINGER: quiero decir algo acerca de la vida en el útero. Como hombre en realidad no tengo el permiso pero hace dos semanas una mujer me envió un e-mail con una foto. La mujer estaba embarazada de 21 semanas y en una revisión médica se manifestó que su hijo tenía una columna vertebral abierta. Eso significaba que el niño moriría al nacer. Y hay un médico en EEUU que puede operar a un niño en el útero y lo hizo, es decir, que se extrajo por así decirlo el útero para poder operar y el útero estaba un poco abierto. Después de la operación, el hijo sacó su pequeña mano por esa apertura y acarició el dedo del médico, lo sostuvo y eso se filmó en una imagen. ¡Cuán vivo es un niño en el útero, desde el comienzo!, ¡toda una persona!
SOPHIE: y el hijo nació sano, con la espalda bien cerrada.
HELLINGER: y ahora imaginémonos cómo es a la inversa.

SOPHIE: también en EEUU había un médico que ganaba la mayor parte de su dinero realizando abortos. Tenía una clínica para la mujer donde empleaba a muchos médicos que, casi exclusivamente, se dedicaban a realizar abortos. Y un buen día él realizó un aborto y sin embargo la mujer tuvo un hijo. Y entonces dijo: ¿cómo puede ser?, ¡eso no existe! Y en los futuros abortos introdujeron una cámara en el útero para filmarlo y hay que saber que el aborto se da de la siguiente manera: se introduce una pequeña pinza y parte por parte se va extrayendo una parte del hijo, es decir, un pequeño brazo, un pequeño pie, así se va sacando. Y en la mayoría de los casos se vio que ese feto se va tanto contra la pared del útero que hace como una hendidura en él y los movimientos para huir de muchos embriones son tan rápidos que es muy difícil encontrarlos con la pinza.
Después de haberlo visto, el médico ya no pudo dormir con tranquilidad y publicó en DVD lo que se había filmado, cerró su clínica y ahora gana su dinero yendo de hospital en hospital para compartir sus experiencias con otros médicos. El DVD se estuvo en internet durante mucho tiempo en “abortos”. No sé si aún se puede encontrar. Yo lo vi y la verdad es que sentía escalofríos en la espalda, se me estremecía y, por supuesto, este tipo de cosas queda en el campo energético.

El que no sabe de campo por supuesto no puede comprender lo grandes que pueden ser los efectos de eso. Y lo peor es cuando una madre dice: sí, no era posible de otra manera.

HELLINGER: también quiero decir algo sobre esto. En esto que acabamos de decir y en lo que son los efectos de este tipo de aborto, nos movemos en el campo de la consciencia y en ese campo hay un movimiento básico de compensación.

Entonces, por un lado, alguien se siente culpable y no importa la forma en que trate de explicarlo, el movimiento básico es: yo le hice daño a alguien y para compensar, me hago daño a mí. Eso es un movimiento de culpa y de expiación y ese movimiento busca, por así decirlo, arreglar algo. Es como si alguien tuviera que pagar por esa culpa, ¿y cómo paga por esa culpa?, se hace daño a sí mismo en la misma medida en que hizo daño al otro.

Esos movimientos de culpa y expiación aniquilan la vida y llevan a la muerte y son movimientos ciegos sin comprensión de lo que se trata a nivel profundo.

Y ¿qué hacemos exactamente cuando nos sentimos culpables si queremos deshacernos de la culpa?, nos convertimos en dueños de nuestra culpa y sus consecuencias. En realidad, nos comportamos como Dios y eso jamás sirve. La culpa nunca se va y no hay expiación que pueda arreglarlo.

Ese es el ámbito de la consciencia y en ese ámbito nos movemos la mayor parte del tiempo. Y el movimiento de la consciencia en todos los sentidos se contrapone al movimiento del espíritu. Por eso hay una solución al problema de culpa y expiación que no se da en la consciencia. En la consciencia el movimiento se da en la forma que alguien quiere volver a ser inocente, es decir que se quiere liberar de la culpa y volver a ser inocente. Pero, ¿cómo se hace eso en el ámbito de la consciencia? Volviendo a ser culpable, haciéndose daño a sí mismo.

Y todavía hay algo más que tener en cuenta dentro del movimiento de la consciencia: si el culpable no expía, un hijo expía en su lugar. Eso es otro efecto más. También con relación al aborto.

Y entonces tenemos la sensación de poder pertenecer nuevamente. A través de la expiación ya se hizo suficiente justicia y podemos nuevamente pertenecer.

Todas las religiones, todo el cristianismo, se mueven dentro del campo de culpa y expiación. ¿Cuáles son las promesas de la religión?: que a través de ella nosotros nos deshacemos de la culpa. Eso sí, pagando un precio muy alto. Por ejemplo en el cristianismo para pagar ese precio, el así llamado hijo de Dios, debe morir en la cruz. ¿Puede una idea ser más loca que ésta? Y sin embargo se mantiene a través de nuestra esperanza de deshacernos de la culpa de esa forma.

 

Y ahora llego a la solución.

Ahora, después de todo lo que hemos dicho, no hubiéramos tenido permiso de decirlo si no tuviésemos la salida hacia una solución. Eso vale también para ti.

Entonces, es totalmente evidente que no podemos movernos en ningún sentido sin que otra fuerza creadora esté trabajando. También en nuestro cuerpo. Los miles de millones de movimientos en nuestro cuerpo que trabajan en conjunto en cada momento, sólo son pensables si detrás de ellos actúa una fuerza todopoderosa y, porque todo lo que ocurre es puesto en movimiento por esa fuerza tal como es, también con todas las consecuencias, es impensable que este poder, esta fuerza, diferencie entre el bien y el mal. Es decir, que todo lo que ocurre está al servicio de ella y no sólo de forma personal, todo está al servicio de un todo más grande. También la culpa.

Si lo pensamos hasta el final, toda culpa es querida por Dios. También las consecuencias de la culpa son las que Dios quiere. No es que por eso queden anuladas. También ellas están al servicio de la vida. Lo que se haga a un niño, en caso de un aborto, ¿el niño está perdido?, ¿se le pierde a esa fuerza? Y lo llevo hasta las últimas consecuencias. ¿No está también un aborto al servicio de la vida?

Todos esos hijos viven, ninguno está muerto, todos están presentes y la madre y aquí por supuesto también el padre, a través de la culpa, son tomados a otro servicio. Entonces, aquel que se siente culpable y mira a su culpa a los ojos, es decir, si tú la miras a los ojos, y dices ”asiento a las consecuencias pero sin expiación”, el culpable entonces a través de su culpa gana una fuerza para servir a la vida que va mucho más allá de la fuerza de un inocente y para ti la solución es que en memoria a los hijos estés al servicio, sirvas a la vida de otra manera, con humildad, en consonancia con esa otra fuerza . Y eso tiene un efecto reconciliador.

Y ahora vamos a nuestra alma y miramos aquellas situaciones de las que nos sentimos culpables por las razones que sean o que fueran y miramos a los intentos que hicimos para deshacernos de la culpa, ¿qué expiación estábamos dispuestos a hacer?, ¿o a quién le echábamos la culpa en lugar de mirar nuestra propia culpa?. Y ¿qué efecto tenía en nuestra alma?.

Y ahora miramos más allá de esa culpa, a otra fuerza, la única fuerza creadora a la que todo está sometido, sea lo que sea que hagamos.

También nuestra culpa.

Miramos allí y decimos a esta fuerza: lo que haya sido mi culpa, ahora estoy al servicio de la vida, del amor, con fuerza.
Y, repentinamente, desaparece el campo de la consciencia, pierde su fuerza y se abre ampliamente para otro tipo de amor.
Y eso, ¿qué significa?: asentir a todo tal como es y tal como fue.

Y la mirada más allá de los límites de la consciencia, hacia otro amor, sin diferenciar entre el bien y el mal.(A la mujer): ¿Cómo te sientes ahora?
MUJER: mucho mejor.
(SOPHIE la saca y llama a un hombre que pone enfrente de ella)

– Él sería una posible nueva pareja.
(Los dos se miran, el hombre comienza a avanzar hacia ella hasta quedarse cerca. Ella sonríe un poco, él sigue avanzando, se miran y se cogen las manos, siguen acercándose, frente con frente, vuelven a mirarse, empiezan a cogerse entre los brazos, se abrazan… A veces se separan, sonríen, se abrazan de nuevo… Dura como un cuarto de hora o más).

HELLINGER: dile a él “no”.
MUJER: no.
HELLINGER: bien, esto es todo.
¿Se dieron cuenta de la diferencia? ¿Tú lo notaste?
MUJER: el qué
HELLINGER: la fuerza (ella asiente).

Madrid 22-23 de Enero de 2010