LA BUENA AYUDA – Bert Hellinger
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LA QUEJA

queja- origenyenergiaCuando un cliente se queja de su destino o de sus padres, no podemos hacer nada. El que se queja de sus padres los ha perdido y no podemos ayudarle.

Decir al cliente: mirándote se puede ver que realmente han sido grandes.

Cuando alguien se queja de su situación, como un niño, está esperando que cambie algo de lo que ya ha sido. Si el terapeuta cae en la trampa de la compasión (consolador, salvador) es que desea lo mismo que el cliente, que algo de su vida sea distinto de lo que es. Ambos están entonces cortados de la realidad.

El hecho de aceptar, con alegría, lo que ha sido, inmediatamente da fuerza.

Mi experiencia: cuando un paciente se queja, miro a esa persona y a todas las personas de su familia con amor, y, a veces, una sola frase me viene y cuando la digo todo cambia. Es la terapia de una sola frase. Es posible cuando uno está en la fuerza del amor más grande.

La frase mágica: “disfruto de lo que me queda.


LA REALIDAD DURA

Si el terapeuta siente el dolor, el horror o la desesperación del cliente, si quiere ayudarle, le quita fuerza. Pues este sentimiento de dolor del terapeuta es un reproche contra la vida tal y como es e impide que el cliente la asuma tal y como es.

La solución: inclinarse ante el destino. Hacer que sea reconocido, aceptado, y quizá entonces se abra una puerta.

Si se ha vivido algo duro y grave es bueno sentirlo, realmente es una pena, a la vez que se asiente a ese destino.

Muchos terapeutas no resisten a la prueba de la realidad, la tapan, la disminuyen: por ejemplo no aceptar que un cliente sea peligroso, no aceptar que la muerte de un cliente sea próxima.

Mientras que si aceptamos ese destino, el cliente se refuerza a través de nuestra fuerza y puede él también aceptar su destino y crecer.

Cuando se dejan actuar los movimientos profundos del sistema, ellos mismos resuelven los desequilibrios, llevando a la reconciliación.

Mirar en nuestro interior al padre, a la muerte, a la enfermedad que asustan, para que el cliente pueda mirarlos.


TOMAR PARTIDO

Si opinamos, si tomamos partido ya no podemos ayudar.
Por ejemplo:
Si nos oponemos a la enfermedad, a una autoridad malévola, a un incesto, etc.

Solamente cuando todas las personas son respetadas, victimas y perpetradores, es cuando es posible ayudar permitiendo los movimientos profundos del sistema hacia la reconciliación de lo que estaba separado.

Hay que deshacerse de la noción del Bien y del Mal para poder ponernos al servicio de la paz, de la reconciliación.


LA FUERZA

El terapeuta se pone al servicio de la mayor fuerza, al servicio de la fuerza de la vida.

Estar siempre atento a nuestra propia fuerza, saber si estamos en nuestra fuerza, o estamos cediendo. Todo lo que conlleva pérdida de fuerza es falso, hay que detenerlo inmediatamente.

Si de antemano el terapeuta quiere conseguir algo: un perdón, un reconocimiento, etc., ya no puede ayudar, ha perdido su energía, está en el triángulo de la manipulación, ya no está en contacto con la realidad.


PERCEPCION

Sintonizarse con los representantes y la frase necesaria saldrá sola.
Preguntar lo menos posible a los representantes lo que sienten, pues quita energía al movimiento que está emergiendo. Ser muy paciente y muy confiado.

Si el terapeuta duda o no confía en su percepción se queda bloqueado y no puede avanzar.

Antes de empezar el terapeuta visualiza:

– a sus propios padres, el destino de ellos, y los honra,

– los coloca detrás de sí, a cierta distancia,

– visualiza su propio destino, lo honra, lo coloca detrás, entre sus padres y él,

– visualiza al cliente, a sus padres, o a su sistema completo, junto con el destino del cliente. Luego deja al cliente frente a su destino, mientras mira al padre y a la madre del cliente, para que estos adquieran fuerza y sostengan a su hijo cuál sea la situación.


El AMOR

Estar en el amor en terapia es recibirlo todo, tal cual, sin querer cambiar nada, sólo como es.

Tomar la vida como se presenta, la nuestra, la de los demás. Todo tal y como se presenta.

Y en esta vida también existen la lucha, la guerra, los polos opuestos, victoria-derrota, vida-muerte, el pasado tal y como fue, el futuro tal y como será.

 

Estar en ese amor permite sentirse amplificado, en acuerdo con todo. Llena. Da serenidad. Aceptar nuestro destino, el de cada uno.

De esta manera podemos observar como las cosas se desarrollan para ofrecer una ayuda.

Bert Hellinger