Sintonizar tu frecuencia con la realidad que prefieres
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Sintonizar tu frecuencia con la realidad que prefieres

La realidad que vives se corresponde con la frecuencia con la que estás sintonizado. En cualquier situación de que se trate, lo que tú ves es diferente de lo que ve la persona que está a tu lado, porque tú estás sintonizado con una frecuencia energética diferente. Hay una realidad objetiva, pero el que puedas percibir un aspecto o ángulo determinado de la misma en lugar de otro, es algo subjetivo. Si programas la atención para buscar peligro, encontraras peligros potenciales por todas partes. Si programas la atención para buscar monedas, te fijarás en todo lo que parezca oro al pasear por la playa. Lo que percibes y lo que no, tiene que mucho que ver con tu intención y tus creencias. Si deseas percibirlo todo o caminar en un estado de conciencia agudizada como el protagonista de la película “Sin Límites” (que no es que sea una gran película, pero muestra de manera exacta el estado de conciencia agudizada del que no paro de hablar, aunque por desgracia el personaje de la película en cuestión sólo puede alcanzarlo a través de las drogas), entonces lo mejor es no tener creencia ni intención alguna. Ahora, si lo que quieres es encontrar una cosa determinada, entonces basta con programar una intención, y eso filtrará tu percepción para que puedas discernir las oportunidades y caminos  que llevan a ella, y la propia cosa en sí que deseas.

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Si algo te continúa pasando una y otra vez, es porque lo estás irradiando, porque estás en una frecuencia que te conduce a ello. Por ejemplo, tal vez encuentras fallos en otras personas de manera constante. Si es así, entonces ya es hora de que prestes atención a tus propios fallos. Si vas de una habitación a otra y te huele a podrido por todas partes, puede ser que lo podrido esté en tu propia nariz y no “fuera” o en otras personas.

La vida se parece mucho a un aparato de radio o televisión. Es imposible que percibas algo o que puedas experimentarlo si no estás en sintonía con la cadena correspondiente. Estar “en sintonía” con una cadena significa dedicarle el tiempo y la atención necesarios para familiarizarte con ella, conectar con ella, intimar con ella y acercarte a ella, entenderla y conocerla, y hacer justo lo contrario con las realidades que quieras disolver –dejar de pensar en ellas, dejar de describirlas, dejar de aprender sobre ellas o dejar de rechazarlas. Aquello con lo que estás en sintonía, sea lo que sea, es lo que vas a experimentar una y otra vez. Si todavía estás viviendo un año más tarde justo la misma discusión que tuviste con una persona, ese es el momento para admitir y reconocer que algún aspecto de tu frecuencia no ha cambiado realmente. Sin embargo, si se desarrolla un tipo totalmente nuevo de conversación, es porque te has transformada en una persona diferente.

por Frederick Dodson